domingo, 7 de diciembre de 2014

Oración por los enfermos 4


Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado.
Creemos que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de nosotros. Te alabamos y te adoramos. Te damos gracias, Señor, por venir hasta nosotros como pan vivo bajado del cielo. Tú eres la plenitud de la vida. Tú eres la resurrección y la vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.

Hoy queremos presentarte a todos los enfermos que leen esta oración, porque para Ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el espacio.
Tú eres el eterno presente y Tú los conoces. Ahora, Señor, te pedimos que tengas compasión de ellos. Visítalos a través de tu Evangelio proclamado en este libro para que todos reconozcan que Tú estás vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueva su fe y su confianza en Ti; te lo suplicamos, Jesús.

Ten compasión de los que sufren en su cuerpo, de los que sufren en su corazón y de los que sufren en su alma que están orando y leyendo los testimonios de lo que Tú estás haciendo por tu Espíritu renovador en el mundo entero.

Ten compasión de ellos, Señor. Desde ahora te lo pedimos. Bendícelos a todos y haz que muchos vuelvan a encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan abriendo a las maravillas de tu amor para que también ellos sean testigos de tu poder y de tu compasión. Te lo pedimos, Jesús, por el poder de tus santas llagas, por tu santa cruz y por tu preciosa sangre. Sánalos, Señor, sánalos en su cuerpo, sánalos en su corazón, sánalos en su alma. Dales vida y vida en abundancia. Te lo pedimos por intercesión de María Santísima, tu madre, la Virgen de los Dolores, quien estaba presente, de pie, cerca de la cruz. La que fue la primera en contemplar tus santas llagas y que nos diste por madre.

Amén.

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