Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.
Debemos orar en todo momento, la oración nos acerca a Dios y nos permite santificar nuestras vidas. Es bueno orar en familia, en reuniones de amigos, en la iglesia, pero también es bueno hacerlo en la soledad de nuestros días, en los momentos de descanso, pedir por nuestros familiares, amigos, pedir por nuestros enemigos para que Dios los aparte de nosotros y les conceda paz, pedir por aquellos que no conocemos pero que necesitan salud, tranquilidad. ¡Dios te colme de bendiciones!
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